Tolosa, La Plata

De la Historia del Peronismo

NOTAS Y ANECTDOTAS 

PERONISTAS

"En nuestro país, la línea nuestra es la línea de la primera junta, que era independentista. Rosas, que defendió eso, Irigoyen, que fue otro hombre que defendió también, y Perón. Todos los demás gobiernos argentinos han pertenecido a la anglosajona y la han servido, de una manera directa o indirecta".(PERON, conversaciones en Madrid, junio a octubre, 1971)
Perón salvó a Franco entre 1946 y 1949, cuando tanto EE.UU. como la Unión Soviética querían ahogar al franquismo. "Uno de los pocos problemas internacionales en el que Washington y Moscú parecían ponerse de acuerdo", escribe Rein. En esos años llegaban los embarques de cereales y carne que rescataron al pueblo español del hambre y a Franco de los disturbios sociales que podrían haber puesto a su gobierno al borde de la inestabilidad. Y el apoyo no se quedó en lo material. En diciembre de 1946, mientras la ONU imponía un boicot diplomático que dejó a Madrid prácticamente sin representantes extranjeros de jerarquía, Perón enviaba a España un nuevo embajador, Pedro Radío, quien fue recibido con clamorosas manifestaciones armadas por el aparato franquista, ansioso por resaltar que su país no estaba tan solo.Perón decidió entonces dejarse utilizar por la propaganda del Caudillo. La expresión máxima fue el viaje de Evita, en 1947, que le sirvió al Generalísimo "para desviar la atención de las masas de sus privaciones y del ostracismo mundial, una especie de sustituto del proverbial pan y circo".
La vida de Perón en el exilio se inició en Asunción del Paraguay, donde fue alojado en la finca particular de Ricardo Gayol -un próspero comerciante argentino- a pedido del presidente Stroessner. Pero a los pocos días debió ser internado en Villarrica, una localidad situada a 160 kilómetros de la capital paraguaya a pedido del nuevo Gobierno argentino. Como en seguida se produjo el dictamen del tribunal militar que le prohibió el uso del grado y del uniforme, Stroessner le aconsejó no quedarse allí por ser un país limítrofe de la Argentina. y le dio un salvoconducto para volar a Nicaragua, donde sería recibido sin problemas por Anastasio Somoza. Pero en una de las varias escalas decidió quedarse en Panamá y se alojó en el Hotel Washington, de la ciudad de Colón (en el otro extremo del canal), donde pensaba concluir el libro que empezara a escribir en Asunción: "La fuerza es el derecho de las bestias". A los cuatro meses Perón debió irse también de Panamá porque se iba a realizar allí una reunión de presidentes americanos. Hizo una breve estada en Nicaragua, pero resolvió radicarse en Venezuela, a invitación del presidente Marcos Pérez Jiménez. En Caracas tomó contacto con Jorge Antonio, establecido allí después de su fuga hacia Chile. Pero el derrocamiento de Pérez Jiménez, a principios de 1958 lo obligó a refugiarse en la embajada dominicana y a salir imprevistamente de Venezuela, rumbo a Ciudad Trujillo. Tras un par de años de descanso dominicano, asegurado por su amigo el presidente Rafael Leónidas Trujillo, Perón se fue a vivir a Madrid.
Allá en el 52, cuando el padre de la patria, el General Perón, nos dijo que "derrochabamos" y decidió implementar una política de "shock"Así explicaba la medida neoliberal:"La economía justicialista establece que de la producción del país se satisface primero la necesidad de sus habitantes y solamente se vende lo que sobra; lo que sobra, nada más. Claro que aquí los muchachos, con esa teoría, cada día comen más y consumen más y, como consecuencia, cada día sobra menos. Pero han estado sumergidos, pobrecitos, durante cincuenta años; por eso yo los he dejado que gastaran y que comieran y que derrocharan durante cinco años todo lo que quisieran; se hicieran el guardarropa que no tenían, se compraran las cositas que les gustaban, y se divietieran también; que tomaran una botella cuando tuvieran ganas (...) pero, indudablemente, ahora empezamos a reordenar para no derrochar más..."
General Juan D. PerónCitado en Mallon y Sourrouille (1973), 23.
¿Y a quienes benefició en ese momento?
Veamos que decía la Sociedad Rural
"Tributamos, entonces, a los dignos representantes de esos valores que actuaron inspirados por el Excmo. Señor Presidente de la Nación General Juan D. Perón, el señor ministro de Economía de la Nación, Dr. Roberto Ares, presidente de la Comisión Negociadora, como así también a todos sus integrantes, nuestro voto sincero de aplauso"Sociedad Rural Argentina (luego de todos los beneficios que le otorgó en el protocolo de 1951)Citado en Villarruel (1988), 428.
Hacia 1950, cuando estaba por rendir las últimas materias de la carrera de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Félix Luna se acercó al centro de estudiantes, afiliado a la Federación Universitaria de Buenos Aires cuya línea era contraria al gobierno del general Juan Perón.Paralelamente, durante ese año y parte del siguiente, trabajó en la organización de la Juventud Radical. A poco de recibirse de abogado en 1951, vivió el episodio más angustiante de su vida, fue detenido, acusado de atentar “contra la seguridad del Estado”.
Una de Felix Luna–Me llevaron preso a la comisaría de Boulogne –rememora–. Fue el día en que la Convención Radical proclamó la fórmula Balbín-Frondizi en junio de 1951. Había pasado la noche en la Convención, hablé por teléfono a casa por la mañana para ver si había habido alguna novedad y mis hermanas me dijeron, muy reticentemente, que había estado la policía buscándome. No me explicaba por qué sería. Yo era opositor, desde luego, pero no tenía una actividad que pudiera justificar una búsqueda policial. En esa época trabajaba en un juzgado y hablé con mi secretario, le conté qué pasaba, y él me dijo: ‘Venite, yo te voy a acompañar a la Jefatura a presentarte’. Efectivamente, me presenté en la Jefatura de Policía, en la calle Moreno. Nos presentamos ante no sé quién, me dijeron que tenía que esperar y me dieron tranquilidad. De ahí me llevaron en auto a una comisaría de Boulogne, donde estaban ya mis compañeros presos. Por eso, yo había caído. Eran mis compañeros de militancia estudiantil en el Centro de Derecho: Felipe Lunardello, el uruguayo Azarola Gil y Emilio Ariel Gibaja. Mario Seoane se había escapado y el rubio Juan Ovidio Zavala, también. El delito del que nos acusaban era el de tirar volantes, una cosa ridícula. Nos llevaron a Boulogne, porque allí fue donde se encontraron los volantes, en los que el Centro de Estudiantes adhería a una huelga ferroviaria. Los ferroviarios eran socialistas en general, y también había algunos anarquistas. Estuvieron presos con nosotros en Olmos más tarde.

LA HISTORIA RECIENTE

Pero el Gral. Perón muere el 1º de julio de 1974, asumiendo su vicepresidenta y esposa, María Estela Martínez de Perón, que es derrocada por un gobierno militar, el 24 de marzo de 1976.Luego de la Batalla de las Malvinas, el gobierno militar cedió a las presiones populares. El 30 de Octubre de 1983, es electo Raúl Alfonsín, de la UCR, derrotando electoralmente al peronismo por primera vez en su historia. Esto dió comienzo a un período de renovación, que permitió el regreso del peronismo al poder. El 14 de mayo de 1989, es electo presidente de la Nación el Dr. Carlos Saúl Menem, que gobernó por dos períodos, hasta el 10 de diciembre de 1999.

LA RESTAURACION DEL ESTADO LIBERAL (1955-73)

El 23 de septiembre (1955) se hace cargo del gobierno el Gral. Eduardo Lonardi. Se inicia así el período de la "Revolución Libertadora", que comprende dos etapas: Lonardi (septiembre 23, noviembre 13, 1955) y Pedro Aramburu (noviembre 13, 1955-1958) de creciente poder represivo. La Confederación General del Trabajo es intervenida, de igual modo que la Confederación General Económica; se inhabilita a dirigentes sindicales y delegados de fábrica en forma masiva (150.000). El aparato del Estado Justicialista es desmontado minuciosamente: desnacionalización del Banco Central; liquidación del Instituto de Promoción del Intercambio (IAPI) y de la Fundación "Eva Perón"; derogación de la Constitución Nacional por decreto (abril 23, 1956) y restauración de la Constitución liberal de 1853; disolución del Partido Peronista, etc. Se falsifica un cuadro sombrío de las finanzas argentinas y de inmediato se nos integra -tal como era el proyecto de los mentores del golpe contra el gobierno justicialista- a la economía mundial en una etapa de absoluta concentración. Ingresamos al Fondo Monetario Internacional y se aplica el denominado Plan Prebisch.El 9 de junio de 1956 un movimiento revolucionario pro-peronista dirigido por el Gral. Juan José Valle es vencido a pocas horas de su estallido y son fusilados sus participantes civiles y militares en basurales y guarniciones, entre ellos el propio jefe del levantamiento.El peronismo sobrevivió a todos estos embates; la línea nacional siguió corriendo por debajo de las instituciones demoliberales. En 1958, Arturo Frondizi sucede a Aramburu, y procede a aplicar la nueva política del imperialismo para los países subdesarrollados: "el desarrollismo". Todo este período y los que le siguen: José M. Guido (1962-63), Arturo Illia (1963-66) y la "Revolución Argentina" (1966-73) con sus tres presidentes, Juan C. Onganía, Roberto Levingston y Alejandro Lanusse, está signado por ocupaciones de fábricas, represión, atentados, terrorismo, guerrilla urbana y rural, proscripción de las mayorías y gobiernos espúreos ante su ausencia.La única salida para un país en la encrucijada, era el retorno del pueblo al poder, o sea del peronismo. Cuando el sistema liberal penetra al definitivo tembladeral de sus crisis, y se han agotado todas sus opciones económico-políticas, volvió sus ojos hacia el creador de una doctrina que siendo justa, está al servicio de los trabajadores, pero por encima de ellos, de la Nación en su conjunto.Era el gran Caudillo proscripto, que, a diferencia de San Martín y Rosas, pudo retornar del exilio para servir todavía a su país, liberado de odios y rencores, "casi descarnado", por encima del mal o del bien. Jamás había ocurrido antes en Latinoamérica ni en el mundo.El justicialismo, como los árboles, había sabido retoñar sus verdores; como un incendio, propasarse en los espíritus de la nueva sociedad. El 25 de mayo de 1973, el peronismo retornó al poder.

LA CAIDA DEL ESTADO JUSTICIALISTA Y LOS AÑOS DE LA RESISTENCIA (1955-1973)

Durante diez años (1946-1955) las masas ejercitaron el poder político. Se vivió en el sistema de la verdadera democracia: "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".Pero la ideología del Estado Liberal permanecía en el fondo de las conciencias de vastos sectores de la clase media, en la Universidad, en ciertas estructuras de los partidos políticos y del Estado y en los antiguos grupos de poder y presión ligados a la economía agro-exportadora que había sido controlada por el Estado Justicialista.Para ellos, la democracia auténtica era aquella establecida por las instituciones del liberalismo, la prevista para el sistema de la partidocracia, o sea la que efectivamente ejercía una sola clase social -la burguesía- y donde necesariamente debían estar los sectores del trabajo convenientemente reducidos como para no tener ningún tipo de control (o poder) dentro de esos partidos. Cuando irrumpe un movimiento de masas -el peronismo-, que usa al partido apenas como rótulo jurídico, puesto que lo trasciende en el dinamismo de sus múltiples organizaciones y clases, como trasciende también el Estado Liberal para el cual esos partidos fueron creados, ya no estamos en presencia de la "democracia" sino del "totalitarismo" o cualquier otra forma de asignarle nombre a una realidad que algunos no entienden y otros comprenden demasiado bien: por ejemplo, los terratenientes y los monopolios cerealeros enemigos del IAPI; la burguesía industrial, necesitada de bienes de capital y de financiación externa. Estamos ya en la etapa en que los imperialismos monopolizan la producción industrial y el capital bancario. La presencia de una Nación soberana era altamente inconveniente para esos intereses y un pésimo modelo para las naciones colonizadas de América Latina.Había que destruir no ya al gobierno justicialista sino al mismo Estado Nacional, a fin de separar al Estado de los trabajadores, y poder aplicar la nueva política de explotación para la clase obrera y de total subordinación de nuestra economía al capital extranjero en esa etapa de concentración y centralización.La clase media, tan oprimida por la alta burguesía como los sectores de trabajo, fue utilizada como eje de maniobra contra el gobierno popular. Cien años de contaminación ideológica, de adopción de pautas, valores y sistemas de la oligarquía pesaban sobre su mente, el miedo a proletarizarse, a descender de escalón social, su especial psicología enemiga de todo cambio y en especial, de esa transformación vertiginosa que el peronismo le había impreso al mundo que le rodeaba; su individualismo, reacio a proyectarse hacia la comunidad, su misma dependencia económica con relación a la oligarquía, la convirtieron en colaboradora y cómplice. Las realizaciones del Estado Justicialista en la esfera social, el avance de la clase traba adora hacia mejores condiciones de vida, su mismo poder político, se les antojaba una injusticia incalificable.El 16 de junio de 1955 estos prejuicios e intereses sólidamente coaligados, golpearon contra el sistema justicialista: un sector de la Marina de Guerra, tomó posesión del Ministerio y alrededor de mediodía bombardeó la Casa Rosada, masacrando al pueblo. Al anochecer, la rebelión había fracasado. La actitud generosa del gobierno, al negarse a aplicar la pena de muerte a los insurrectos, convirtió a este episodio en una especie de ensayo para otra tentativa más vasta: el 16 de septiembre, unidades militares de Córdoba y Curuzú-Cuatiá y las bases navales de Río Santiago y Puerto Belgrano asestaron el segundo golpe que el gobierno, contando con el apoyo casi total del Ejército y de la Aeronáutica, pronto estuvo en condiciones de sofocar. Pero se trataba de un operativo general, que involucraba diversas zonas del país y el Peligro de la guerra civil. Así lo comprendió el Jefe de Estado que era también el Caudillo que debía velar por su pueblo: "No he tenido ninguna duda acerca de la posibilidad del pueblo y del Ejército para sofocar la rebelión, pero esta lucha costaría demasiada sangre. Yo, que amo profundamente a mi pueblo, me horrorizo al pensar que por culpa mía los argentinos puedan sufrir las consecuencias de una despiadada guerra civil. No quiero morir sin realizar antes un último esfuerzo dirigido a garantizar la tranquilidad de mi gente". Era un ofrecimiento de renunciar al poder, por la paz y la unidad de todos los argentinos. Creía de este modo salvar las conquistas de los trabajadores y los derechos del pueblo a la justicia social. El 25, partía Perón hacia un largo exilio de 18 años. Era el turno de la línea anglosajona.

EL ESTADO NACIONAL JUSTICIALISTA UNA NUEVA MORAL EN LAS RELACIONES SOCIALES: LA JUSTICIA SOCIAL

El Estado Nacional Justicialista es el más colosal intento de integrar a todos los sectores sociales dentro de la Nación, y fundamentalmente, a la clase trabajadora, superando las concepciones clasistas (anarquistas, comunistas, socialistas) que hacían de los obreros un grupo social antagónico (y excluyente) de los otros sectores sociales.La ideología superadora de los conflictos que vino a reemplazar los presupuestos ideológicos en liquidación del Estado Liberal, fue el Justicialismo, que pretendía ser una "solución humana a la mayor parte de los problemas del mundo como tercera posición filosófica, social, económica y política" dentro de una democracia plena de justicia social, reparadora de todos los abusos y privilegios. Se conocía el camino justo, el término medio creador, ajeno a los extremismos: "Conozco los linderos que separan una reivindicación obrera de índole económico-social de otra que aspira al dominio del proletariado. Conozco que tan peligroso para nuestra paz interna es el extremista que aspira al triunfo para vengarse de las injusticias recibidas, como el potentado que financia las fuerzas opresoras del pueblo" (mayo 11, 1945, "A los trabajadores").Por ello, la primera etapa del Estado Justicialista fue de cambio social: se rescató de la explotación a la clase trabajadora, institucionalizando las organizaciones sindicales para ponerlas al servicio del país dentro de un orden de paz social. Se las convierte en factor de poder, no para condicionar al Estado sino para constituirse en uno de los pilares de su estructura y coadyuvar al equilibrio y armonía de la Nación.El aporte del peronismo es haber integrado a los trabajadores pacíficamente dentro de la sociedad nacional, sin destrucciones ni violencias. Ningún país del Tercer Mundo, de la periferia sometida por el colonialismo, pudo lograrlo antes ni después. Ese es el legado de la revolución, su contribución aún no debidamente reconocida por otros sectores sociales, en especial la clase media.

LA LUCHA ELECTORAL

Al 17 de octubre le sigue la conformación de un desesperado intento de la partidocracia, y en su conjunto de todo el sistema, para sobrevivir: la Unión Democrática (radicales, comunistas, demócratas progresistas, socialistas) que con la fórmula Tamborini-Mosca para los comicios de 1946, enfrenta a Perón-Quijano, boleta del partido Laborista y del radicalismo (Junta Renovadora).El debate encarado ciegamente por la Unión Democrática en términos políticos, era ya una lucha social, de división de clases. Mientras se especulaba con el triunfo electoral basado en la fuerza de los partidos coaligados, una realidad inédita surgía desde abajo: el poder sindical, como elemento decisivo en la balanza. El enfrentamiento se daba a dos niveles: el mínimo, explotador-explotado, patrón-obrero. El más amplio, involucrante de una verdadera alianza no ya de orden interno, sino en vista a la lucha nacional antimperialista: "obreros, empleados, campesinos, profesionales, artistas, intelectuales asalariados, pequeños comerciantes, industriales y agricultores", contra "latifundistas, hacendados, industriales, comerciantes, banqueros, rentistas y todas las variedades del gran capitalismo nacional y extranjero, con profundas raíces imperialistas" (declaración de principios del Partido Laborista, octubre, 1945). O SEA YA, LA NOMENCLATURA DEFINITIVA DEL ENFRENTAMIENTO: PUEBLO CONTRA OLIGARQUIA. Lo había dicho Forja: "En el debate planteado en el seno de la opinión está perfectamente deslindado el campo entre la oligarquía y el pueblo" (Junta Nacional, octubre 17, 1945).El jefe de las masas había calado en profundidad todo lo esencial que estaba en juego y sus consignas llegaban a la conciencia del pueblo: "El enfrentamiento se da entre la justicia social y la injusticia social. Ouiero... dirigirme a los hombres de buena voluntad que aún no han comprendido lo esencial de la Revolución Social", y luego, lapidario el llamamiento: "Hermanos: con pensamiento criollo, sentimiento criollo, y valor criollo, estamos abriendo el surco y sembrando la semilla de una patria libre, que no admite regateos de su soberanía, y de unos ciudadanos libres que sólo lo sean políticamente, sino que tampoco vivan esclavizados por el patrono. Síguenos: tu causa es nuestra causa; nuestro objetivo se confunde con tu propia aspiración, pues sólo queremos que nuestra patria sea socialmente justa y políticamente soberana" (Perón, Discurso de proclamación de la fórmula, 12 de febrero, 1946).Las consignas a medida que se acercaba la fecha de los comicios (24 de febrero, 1946) se hicieron dramáticas: "No concurran a ninguna fiesta a que inviten los patrones el día 23; quédense en casa y el día 24 bien temprano, tomen las medidas para llegar a la mesa en que han de votar. Si el patrón de la estancia, como lo han prometido algunos, cierra la tranquera con candado, ¡rompa el candado o la tranquera, o corte el alambrado y pase a cumplir con la patria!" (Discurso de clausura, febrero 22, 1946).El 24 de febrero de 1946, los humildes, la clase trabajadora, el pueblo argentino en su conjunto, que había perdido a su caudillo y al movimiento nacional que lo representara, se reencuentra con su destino: Perón-Quijano: 1.527.231 votos contra 1.207.155 de la fórmula Tamborini-Mosca. Era ahora sí, "todo el poder para el pueblo".

EL "DESCAMISADO" DE OCTUBRE: LA REVOLUCION SOCIAL Y LAS VISPERAS DEL PODER

La conciencia política deL peronismo -Perón, trabajadores-, mostró su rostro el 17 de octubre."Yo te daré una cosa que empieza con p: ¡Perón!"; "la vida por Perón", decían mientras marchaban hacia plaza de Mayo. Perón era síntesis de todos los programas posibles, de los derechos denegados y de las reivindicaciones proscriptas; Perón era la necesidad de algo más profundo: el poder, todo el poder para el pueblo. La conciencia política y la organización habían ido madurando en las relaciones con el líder en la Secretaría de Trabajo y Previsión. Cuando los trabajadores marchan, cuando miles de hombres y mujeres de Berisso, Ensenada, Avellaneda cruzan el Riachuelo; cuando de todos los rincones del conurbano se empieza a invadir lentamente la ciudad, desoyendo el paro dispuesto por las autoridades de la CGT para el día 18, el pueblo ha encontrado no solo una conciencia revolucionaria de su propia fuerza y la organización que ha de llevarla siempre al triunfo, sino al Jefe, al Conductor, que ya no está en los vacilantes dirigentes de la CGT, sino preso en Martín García: Perón. Una de las figuras trascendentes de la jornada y que la vivió por dentro ha dicho: "fue un movimiento de gratitud hacia un hombre aparentemente vencido. ¿Qué pueblo ha salido a defender a un hombre vencido? Ninguno. ¡Solamente el pueblo argentino! ¡Vean ustedes si habrá sido y es grande Perón! Cuando él estaba aparentemente vencido, el pueblo salió a la calle con su bandera. PORQUE EN ESE MOMENTO AL DECIR PERON, DECIAN PATRIA". (Eva Perón, Historia del Peronismo).Es la religión civil que empieza a andar: la inmensa fe, la incapacidad para la duda, la fuerza para creer y sentir. Cuando llega la noche, y el pueblo se "ha lavado las patas" en las fuentes de la plaza de Mayo, cuando la conspiración antiperonista está vencida, el Jefe, el nuevo y gran Caudillo, le habla a los trabajadores: "Este es el pueblo de la patria. Es el mismo pueblo que en esta histórica plaza pidió frente al Cabildo que se respetara su voluntad y sus derechos. Es el mismo pueblo que ha de ser inmortal, porque no hay perfidia ni maldad humana que puedan someterlo. Interpreto este movimiento colectivo como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la patria. Esa unidad la sentimos los verdaderos patriotas, porque amar a la patria no es amar sus campos y sus casas, sino amar a nuestros hermanos.Y presente su vieja, obstinada idea de la unidad nacional, aún en aquella noche de las luces y de las sombras cuando el pueblo preguntaba "dónde estuvo". Rehusa confesarlo, pero insiste: "Recuerden los trabajadores: únanse, sean hoy más hermanos que nunca. Sobre la hermandad de los que trabajan ha de levantarse en esta hermosa patria la unidad de todos los argentinos". Como dice Perón un año más tarde "el 17 de octubre será para todos los tiempos Día de los Descamisados, el día de los que tienen hambre y sed de justicia". (De Perón vence al Tiempo)